The Ghost Is Dancing
To French Ave People
The Running Song
Organ
En un mundo perfecto existiría un programa de desintoxicación sencillo, de 12 pasos, dirigido específicamente a aquellos críticos de música que insisten en comparar todos los grupos canadienses que hacen indie pop orquestal con The Arcade Fire. A la vez, existiría otro dirigido a aquellos que en su momento nos quedamos enganchados a aquella sensación de éxtasi que nos provocó escuchar por primera vez canciones como "Neighbourhood #1 (Tunnels)", "Neighbourhood #2 (Laika)" o "Neighbourhood #3 (Power Out)" y ahora andamos por el mundo necesitando más. Acercamos el oído con especial interés cuando escuchamos unos violines acompañados de una amalgama de voces que cantan y gritan desesperadas, que parecen que van a romper sus cuerdas vocales.
La verdad es que es difícil y a la vez triste llegar a aceptar que la sensación de "la primer vez" no va a volver. Pasa como con todo, tienes el recuerdo de ese primer lo que sea que en su momento te descolocó, te marcó, te hizo estremecer... y ahora has mitificado su recuerdo y vas buscando más. Y cada vez necesitas más dosis para llegar a aproximarte a aquella sacudida que nunca llegas a recuperar.
Por el camino me he encontrado con The Ghost Is Dancing, una banda canadiense, claro. Vienen de las Cataratas del Niagra y de Toronto y, si hacemos caso a su biografía, el grupo se formó en el 2009. Han hecho un viaje hacia atrás en el tiempo para ayudar al mundo con el rock'n'roll.
Dudo que nos salven, la verdad, pero de momento nos han dejado una dosis energética con su EP homónimo. Y no os preocupéis por mí que lo estoy dejando.
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