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The Rosebuds

The Rosebuds Hold On To This Coat

No sé por qué el otro día alguien me planteó el concepto de "para toda la vida" y me pareció algo irrisorio, un concepto totalmente pasado de moda e imposible de cumplir. Parece caduco pensar en tener a alguien al lado para siempre, y es que creer en el amor ya no es cool. Lo que ahora está en boga es la libertad y el libertinaje, es el vive ahora a tope para ti y pensando en ti porqué no sabes qué pasará mañana. ¿Sexo, drogas y rock&roll? Y yo estoy convencida de la falsedad del "para toda la vida", pero aún así hay historias que te tocan el lado más romántico y canciones que te hacen pensar en que quizás haya alguien con quien compartirás un rinconcito de ti para siempre.
La banda estadounidense The Rosebuds es un ejemplo de esas pequeñas cosas que consiguen evocarte pensamientos de ese estilo. El nombre, que siendo sincera diré que no sé de dónde viene, me recuerda a aquellos matrimonios yankis tradicionales, aquella imagen de película de la pareja que se casa, viven toda la vida juntos y se encuentran un día de otoño en su porche, balanceándose en su balancín y sin decirse nada... sólo escuchando sonidos y compartiendo una puesta de sol. La realidad es que Ivan Howard y Nelly Crisp forman un feliz matrimonio y su historia es curiosa.
Si tradicionalmente a la boda le sigue la luna de miel, en este caso a la boda le siguió la formación de su grupo, The Rosebuds, en 2001. Una semana después de su boda, cuando ya habían arreglado su pequeña casita que decoraron juntos, el dueño de un club de su pueblo, en Carolina del Norte, llamó a Ivan y le pidió si podían tocar esa misma noche. Poco después de nacer como matrimonio nacieron como banda.
A partir de entonces han continuado con lo suyo: el pop sencillo -que no simple- y mayúsculo. De acabado y sentimiento diverso, sus canciones pueden oscilar entre el recogimiento y el arrullo suave a media luz, la elegante y fría emocionalidad que te envuelve al capitular las feas jugadas que nos depara la vida, la urgencia rítmica y vital de clara influencia mod-beat y la alegría exultante del mejor y más exuberante (indie) pop.
Y ahora vuelven, su estilo de guitarras distorsionadas y teclados de lo más juguetones con sus clásicos vocales de chica/chico se volverán a hacer presente en su nuevo disco. Mientrastanto puedes escuchar su adelanto Hold On To This Coat.

The Rosebuds en MySpace

Asobi Seksu

Asobi Seksu

Thursday (Citrus, 2006)

New Years (Citrus, 2006)

I’m Happy But You Don’t Like Me (Asobi Seksu, 2004)

Walk On The Moon (Asobi Seksu, 2004)

Sooner (Asobi Seksu, 2004)

Let Them Wait (Asobi Seksu, 2004) 

Cuando ya muchos pensaban que poco sentido había en insistir en el “shoegaze”, los últimos años nos han probado que todavía queda mucho espacio al género. Uno de esos ejemplos es la banda neoyorquina Asobi Seksu. Yuki, la dosis nipona de la formación, es dueña de una voz dulce, aguda y delicada. James Hanna, en cambio, aguanta una guitarra histérica, ruidosa que pone los pelos de punta.
Este año han sacado a la luz su segundo álbum, "Citrus", que, como su antecesor, está repleto de canciones enteladas por una nube de pedales, guitarras distorsionadas y melodías de caramelo. Mullido noise-dream-pop cantado en inglés y japonés por cortesía de Yuki Chikudate.
Una traducción del inglés al castellano 'shoegaze' podría ser 'mirarse los pies', término sobre el que el periodismo musical hizo énfasis con la generalización de la música independiente a finales de la década de los ochenta y comienzo de los noventa. Un nuevo sonido adicto al ruido, a veces caótico y otras no, conquistaría a parte de una generación perdida en búsqueda de nuevos panoramas auditivos.
Tocar mirándose los pies fue analizado como un gesto de timidez o miedo escénico en los músicos indies ya que, teóricamente, a éstos les repelía los grandes escenarios y públicos, siendo el motor de su actividad la individualidad para dar salida al interior de la persona. Los medios de comunicación especializados pronto pasaron a crear un nuevo cliché en el rock'n'roll. Si Nirvana destrozaba guitarras a comienzos de los 90, muchos de sus coetáneos ariscos realizaban un ejercicio de introspección emocional en las actuaciones. Y precisamente esa introspección emocional es la que encontramos en Asobi Seksu.
Si tienes un día depre, si tienes un día agobiado, si tu novio/a tira y tira de la cuerda y necesitas espacio para estar solo y desconectar… entonces cierra los ojos, ponte a escuchar Asobi Seksu y déjate llevar en solitario.

Asobi Seksu en My Space

Página del grupo

Pelle Carlberg

Pelle Carlberg

Go To Hell, Miss Rydell

Oh, No! It's Happening Again

¿Qué es lo que hace que te hagas fan de alguien? No es fruto de una decisión sino de un impulso que te lo marca la sensación que tienes en el estómago al escuchar su música. No te das cuenta y se te ha enganchado en la piel y aquel día en pleno estrés por el trabajo, cuando tienes ganas de enviar a todos a la mierda, cuando no tienes más ganas que te cuenten historias… entonces piensas que tienes ganas de escuchar aquella canción que te pinta una sonrisa en tu cara con una extraña facilidad. Hoy he tenido esa sensación y he tenido ganas de escuchar a Pelle Carlberg, un chico de Suecia que ha conquistado una buena parte de mi territorio estos días. Era el alma mater del grupo Edson y ya lleva unos meses lanzándose en solitario con sus canciones. ¿Qué tienen de nuevo? No mucho: un chico y su guitarra, canciones sencillas y directas y unas letras fantásticas impregnadas de cinismo, unas letras patéticamente tristes que curiosamente te hacen sonreír. Uno de sus grandes méritos es habernos sorprendido con un single tan certero como “Go to Hell, Miss Rydell”.

Immaculate Machine

Immaculate Machine

Broken Ship
Phone Nº 

“Estamos remando en un bote roto y sólo uno de nosotros puede sobrevivir, no me quiero ir si eso significa que morirás”, es la primera frase que emana de la boca de Kathryn y con eso basta para emocionar lo suficiente la escucha. ¿De dónde son? Ah… de Canadá. Immaculate Machine es un trío canadiense surgido en 2004 cuya característica principal es un pop feroz y sumamente colorido. No son nuevos, pero sí lo son para mí.

Immaculate Machine en My Space

Tarik y la fábrica de colores

Tarik y la fábrica de colores Algo que cae con la lluvia

Porqué es domingo (vídeo)

Hace poco, alguien muy cercano a mí me dijo (con tono burlón) que mi criterio para escoger canciones para mi programa estaba determinado por el componente de “novedad”, por ese impulso periodístico que te hace pensar que tu obligación es poner lo más nuevo, la exclusiva. Bueno, pues esa regla inconsciente la rompo hoy hablando de un disco que ya hace tiempo que está en el mercado pero simplemente me apetece escucharlo ahora. Y no está mal tener esta actitud precisamente con este grupo, Tarik y la Fábrica de Colores. Un proyecto que Álvaro Muñoz comenzó a mediados de los ochenta y que tras ocho años en espera ha vuelto con su tercer álbum Sequentialee. No le importa si le esperan o no. No le importa si es novedad, si está de moda o si dices que su álbum es poco uniforme. ¿En qué consiste la crítica de un disco? ¿En una reflexión sobre lo que te hace sentir o en una enumeración de variables que en su conjunto forman el álbum? Pues bien, este disco hace sonreír. “Oyendo canciones” te lleva a ese estado en que simplemente te da igual… será la positividad de la inconsciencia. El tiempo se pasa muy rápido sin pensar en él. En todo caso no es uno de esos discos que puedan estropear una buena siesta y me han convencido. Terminar un disco con una sonrisa es buena señal.

Linda Draper

Linda Draper

Super Zero
Needlessly
Jezebel 

En un mundo plagado de sonido aún hay artistas que se empeñan en conseguir una música transparente, cercana al silencio. Es el caso de Linda Draper. Esta neoyorkina, antigua cantante en un coro, es una cantautora de aire melancólico. Este es su cuarto trabajo, aunque quizás no te suene demasiado porque es el primero editado en España de la mano de Mushroom Pillow. Un trabajo grabado en Nueva York y producido por Kramer, que ya metió mano en trabajos anteriores de grupos como Low, Urge overkill o Galaxia 500 entre otros, aportando su estilo peculiar a la música de Linda. Una música básicamente folk y acústica, con unas raíces fuertemente arraigadas en el estilo Americana.Con estos mimbres, más pequeñas pinceladas instrumentales a base de flautas o pianos tocados de manera muy personal, “One two three tour” logra crear una peculiar atmósfera casi transparente, acuática, con un cierto aire metálico en algún momento, transmitiendo a veces la sensación del viento soplando sobre un paisaje nevado. En algún momento recuerda a una Edie Brikell por esa peculiar y placentera sonoridad fría que al tiempo transmite calidez.Este disco va bien para esos momentos de tristeza, porqué no siempre apetece estar alegre.

Diktendo

Diktendo

The Tune I Call November 
Falling Adventures 

Diktendo, una de las nuevas sensaciones de la escena pop sueca, editó el pasado 3 de mayo su EP debut "Sweet & Tender" en el sello Melodrama. Este proyecto unipersonal de canciones melancólicas y perfectamente pop trae al recuerdo momentos de finales de los 80s, especialmente por esos acordes que brillan por si mismos, capaces de evocar mil sensaciones. Un bonito descubrimiento para estos días melancólicos.

The Rinse

The Rinse The Rinse - Just Like Me

The Rinse - Young Offender

 

Estoy bastante aburrida. Estoy aburrida de los mismos sonidos de siempre, de los mismos patrones de siempre, de los trucos efectistas… The Rinse es una banda que sacará disco este año, un grupo que está establecido en Brooklyn y formado por el músico y productor londinense Will Bates y los norteamericanos James Rickman, Josh Nelson y Ryan Gruss. Pop y rock bailable y energético. Pero me producen aburrimiento. Sí, es verdad que me gusta cómo suenan, pero como muchos otros (demasiados otros que suenan a lo mismo). Y también me gusta comer palomitas pero cuando llevas 15 minutos comiendo palomitas pues ya no le encuentras el gusto.

Estoy bastante aburrida. Estoy aburrida de los mismos sonidos de siempre, de los mismos patrones de siempre, de los trucos efectistas… es una banda que sacará disco este año, un grupo que está establecido en Brooklyn y formado por el músico y productor londinense Will Bates y los norteamericanos James Rickman, Josh Nelson y Ryan Gruss. Pop y rock bailable y energético. Pero me producen aburrimiento. Sí, es verdad que me gusta cómo suenan, pero como muchos otros (demasiados otros que suenan a lo mismo). Y también me gusta comer palomitas pero cuando llevas 15 minutos comiendo palomitas pues ya no le encuentras el gusto.
En el mundo de la música actual todo pasa demasiado rápido. Tenemos un acceso tan directo a la música que somos como tragabolas; tragamos, tragamos y tragamos sin digerir ni degustar. ¿Y dónde quedó aquella ilusión por ir a la tienda el mismo día que salía a la venda el disco de aquel grupo? ¿Dónde quedó aquello de quitarle el plastiquito al cd y escucharlo hasta gastarlo? Nada. Ahora estamos en la búsqueda constante de las ‘novedades’, los nuevos hits y los discos caducan muy rápido. Tragamos. Engullimos. Muchos dicen que el brit-pop se muere. No sé, lo que sé es que estas “nuevas” propuestas como The Rinse hay momentos que se me hacen cuesta arriba. Pero quizás es que tengo un día aburrido… hasta es posible que un día los ponga en el programa ¿quién sabe?

Limousine

Limousine

Escucha "Laura" de Limousine

Cuando te pones a buscar información sobre un grupo y tropiezas con la nota de prensa de la discográfica te encuentras dos cosas: primero; comparaciones con los más grandes, te dicen que son los segundos reyes del universo, que son lo más de lo más… y segundo; promesas, te prometen que aunque ahora no los conozca casi nadie de aquí a unos meses será la gran bomba mundial y, tonto de ti, habrás tenido delante la oportunidad de ser el más “cool” del mundo descubriendo ese gran grupo y no lo hiciste, no tuviste la suficiente vista (o oído).
Pues bien, esto no es una nota de prensa, ni yo tengo que vender ningún producto pero sólo digo que Limousine son buenos, muy buenos, y ahora vuelven con su segundo disco que ya está calentito en fábrica y lo podremos tener el próximo 9 de mayo. Resulta que es un disco doble con 25 canciones porqué, según los cordobeses, estos
discos aunque no son de fácil absorción “te marcan para siempre una vez entras”. Y ponen como ejemplo esos discos dobles que ellos no se han podido sacar de la cabeza como el doble blanco de los Beatles, “A Ghost Is Born” de Wilco, “69 Love Songs” de Magnetic Fields, “Boces” de Mercury Rev, “Chore Of Enchantment” de Giant Sand y de ahí para arriba.
La nota de prensa (que me la he leído) dice que “The Abyss you can reach with a hand (el nuevo cd) es uno de esos discos que uno debe directamente bebérselo hasta emborracharse, empieza con una nana que te invita a dormir para soñar todo lo que hay dentro y precisamente de eso va este disco, de sueños por encima de otra tema” y yo, que me pongo muy tonta con estas cosas, me lo he creído.
 

 

Blame Canada

Blame Canada Vale, es otra vez Montreal. Y es que ¿qué tendrán? ¿qué les darán por esos lugares? ¿será el agua? ¿será el fletan?. Yo ya me estoy planteando muy seriamente hacer una pequeña excursión a Canadá para vivir in-situ todo lo que allí se está cociendo. Y es que ahora pensar en Canadá es pensar un poco en invasión. Poco a poco estos tipos amigables que odian no tan secretamente a los estadounidenses han soltado cantidad de cañonazos contundentes y certeros a la escena indie mundial.  
El puñetazo número 1 viene del elegante y potente puño de The Arcade Fire, banda de Montreal nacida en el año 2003. Tras su álbum del 2004 “Funeral” se han convertido en todo un fenómeno, arrasando con la mayoría de los número 1 en las listas de crítica especializadas alrededor del mundo y ganando miles de fans por medio de sus emotivas y disparatadas actuaciones en directo (incluyen un sinfín de instrumentos tanto tradicionales como emergentes, léase mandolinas, piano, xilófonos, marimbas y hasta  baquetazos directos sobre la cabeza de uno de los integrantes de Arcade Fire cubierta por un casco de moto). Su sonido está guiado por tonalidades contrastantes, oscuras y melancólicas, de arranques de rabia y dolor para después fluir a momentos de claridad e iluminación realmente esperanzadores y emotivos.
Bueno me voy a centrar un poco, que me disperso. Todo esto venía por el disco de debut de Wolf Parade “Apologies To Queen Mary”, un disco fascinante. Consigue todo aquello que consiguieron Modest Mouse (no es de extrañar que Isaac Brock les haya echado un cable) y lo enriquecen, con su visión personal de lo que debe ser la música indie en el 2005. “Fancy Claps” te deja seco en el sitio con su ritmo, su teclado desbocado y sus juegos de voces; con “You Are A Runner And I’m My Father’s Son” juegan a dislocar la melodía y el ritmo; en “Ground For Divorce” divierten y engatusan con ese teclado casi infantil; con “Shine Ligths” podrían pasar como unos Eels de segunda, pero la verdad es que lo bordan así como en las 12 canciones que componen su disco de debut. Sólo cabe decir una cosa: gran disco.

Micah P. Hinson and The Gospel Progress

Micah P. Hinson and The Gospel Progress

Desde hace un tiempo suena, a media voz, un nuevo nombre entre los amantes del folk más desnudo y confesional. El joven Micah P. Hinson desliza una voz impropia de su edad sobre unos temas emotivos. Un sonido simple pero envolvente. Sus canciones crecen más a lo ancho que a lo largo, y carecen de suspense y lo hacen alrededor de un motivo sencillo, generalmente de una hermosura algo lánguida que es presentado desnudo, esencial desde la primera nota (de ahí la ausencia de suspense a la que me refería). No hay innovación. Pero ¿y qué?

Considerar la originalidad como atributo de mérito en una obra de arte es un hábito relativamente moderno. Supongo que es la consecuencia de una mirada microscópica y extremadamente vanidosa del presente. En los orígenes reales de la poesía en Europa, situados en los áridos páramos de Islandia, era común y no menos valorado uno de los recursos esenciales: los kenningar.
Los kennigar son fórmulas o perífrasis para designar símbolos, conceptos o simplemente objetos en una composición poética... serían tal vez unas metáforas primitivas y marmóreas, pero lo que me interesa señalar es sobre todo su carácter de fórmulas impersonales. Así son utilizadas por todos los poetas, una especie de herramientas semánticas de índole pública. Pues bien, Micah P. Hinson podríamos decir que utiliza los kenningar del folk americano, del llamado country alternativo de los últimos 10 años. Letras breves que se repiten hasta que no queda más remedio que entenderlas.

En su desarrollo, las canciones de este disco logran momentos maravillosos, aunque en alguna escucha puedan dejar cierto regusto a casualidad. Por eso, y exagerando un poco, el mejor momento de todas las canciones es ese instante justo antes de que comiencen, cuando en el silencio lo imaginas -despeinado y con las gafas de pasta- a la orilla del río, simplemente escuchando las frases pronunciadas desde siempre por el agua, del mismo modo que entre las hazañas de Sigur Rós te detienes e imaginas al venerable Snorri rescatando los viejos kennigar que se apolillan entre resmas de pergaminos polvorientos.